Chatarra Digital y Soledad Real: Cómo la IA nos aísla en una marea de contenido sin valor.

Chatarra Digital y Soledad Real: Cómo la IA nos aísla en una marea de contenido sin valor.
London 2025

No sé qué me da más temor: la falsa información sobre la capacidad actual de los sistemas de inteligencia artificial o el potencial que podrían tener en un futuro cercano.

Las compañías que están al frente de esta revolución alegan que estos sistemas curarán enfermedades que hoy no tienen cura y que harán del dinero y la idea del trabajo algo obsoleto. Pero, al mismo tiempo, lo único que nos han ofrecido son herramientas de estadística aplicada, muy buenas por cierto, pero definitivamente nada cercano a lo que vienen prometiendo desde hace varios años.

En lugar de curar enfermedades y resolver los problemas de la humanidad, lo que han hecho es crear una cantidad inmensa de contenido chatarra y robar la atención de las personas, que de por sí ya era muy poca gracias a las redes sociales, las cuales, por cierto, también utilizan datos y estadísticas en sus algoritmos para volvernos más adictos a sus aplicaciones. El mundo, en este momento, parece empeorar en lugar de mejorar con estas herramientas. Olvídate de la idea de que la inteligencia artificial nos eliminará a todos, lo que sí está haciendo es afectar a aquellos que más lo necesitan, robándoles cualquier tipo de privacidad que les quedaba, y también destruyendo el sustento de millones al apropiarse de sus creaciones artísticas para generar trabajos “originales” que solo son posibles gracias al esfuerzo de toda una vida de artistas en diversos ámbitos.

La inteligencia artificial, o mejor dicho, la estadística aplicada, que es lo que más se acerca a lo que realmente tenemos actualmente (todavía no es inteligente ni racional) ya está afectando a miles de empleos. No porque sea inteligente y capaz de reemplazar a los humanos, sino porque las empresas creen que lo es, y han comenzado a invertir más en esta tecnología en lugar de capacitar a sus empleados, todo por creer lo que las grandes compañías de tecnología vienen diciendo desde hace años. Y la razón es fundamentalmente técnica: La IA Generativa, que es lo que utilizan las aplicaciones populares de IA, tiene detrás los grandes modelos de lenguaje (LLMs), que son esencialmente modelos predictivos que calculan la siguiente palabra más probable basándose en billones de datos, en lugar de comprender significado o causa-efecto.

Yo soy programador, y aunque utilizo herramientas de IA para facilitar mi trabajo, no veo cómo esta tecnología, en su estado actual, pueda sustituir a los programadores. Es útil para tareas como la creación de documentos o la explicación de código, pero tiene problemas para adquirir suficiente contexto que le permita ofrecer soluciones en sistemas más complejos o que dependen de múltiples servicios externos. Esto no quiere decir que no pueda cambiar, pero debemos tener en cuenta que muchos de estos líderes predijeron que esto ocurriría este año (2025).

Es obvio que los líderes de estas gigantes tecnológicas dicen estas cosas para influenciar a inversionistas y seguidores, con el fin de seguir obteniendo capital para comprar chips GPU y continuar inflando esta posible burbuja de IA que —es muy probable— reviente antes de cumplir lo prometido. En estos momentos, las gigantescas inversiones en IA son las que han sostenido la economía de Estados Unidos. Si esto resulta ser una burbuja, millones más de personas serán las perjudicadas, mientras estas empresas probablemente continúen con sus proyectos e incluso reciban apoyo del gobierno por considerarse “demasiado grandes e importantes para caer”.

Desafortunadamente, hay demasiado dinero en juego, lo cual motiva el interminable bombo publicitario de los líderes detrás de estas promesas. Pero lo único que nos han dado son herramientas para crear más contenido chatarra, seguir robando nuestra atención y alejarnos de cosas verdaderamente importantes como la interacción con nuestros seres queridos, relacionarnos con otros seres humanos y salir de nuestras burbujas físicas y digitales.

Las herramientas de IA actuales han afectado a mucha gente, alejándola de sus seres queridos y, en los peores casos, llevando a jóvenes —principalmente— al suicidio.

Esto no puede seguir así. Ahora, más que nunca, es importante que como sociedad tratemos de frenar estos “avances tecnológicos” sin redes de seguridad ni regulaciones claras que eviten el daño tan severo que están causando a la humanidad, como siempre, afectando con más fuerza a los más vulnerables. Es crucial que nos eduquemos sobre estas herramientas, que evitemos contribuir a la captura de nuestros datos por parte de estas empresas (muchas veces sin nuestro permiso o consentimiento). Podemos aprender a no caer en el juego de la distracción, evitando crear y consumir contenido chatarra generado por esta “inteligencia artificial”, que tiene todo de artificial y nada de inteligente.

Muchas de estas empresas, detrás de las herramientas de IA más populares, ya ni siquiera intentan ocultar sus verdaderos motivos. Hace solo unos meses, OpenAI lanzó Sora 2, una aplicación parecida a TikTok en donde todo el contenido es generado por IA. Esta es una forma de convertirte en un adicto a la basura artificial.

Me pregunto… ¿qué pasó con la IA que potenciaría a los humanos? ¿Que curaría el cáncer? En su lugar, fue el lanzamiento de Sora 2 lo que capturó todos los titulares y la atención de millones de personas, que se dejaron impresionar por una app que muestra videos sin parar generados por IA, donde la mayoría de los personajes son rostros realistas haciendo cosas estúpidas.

Es entretenimiento basura, diseñado para robar tu atención y reducirte —no muy diferente de los personajes de Wall-E que pasan su vida sentados frente a una pantalla.