Días soleados y lentos
El jueves fue un día nublado aquí en el área de Seattle, y como planeaba ir a caminar a Pioneer Square y algunas otras partes de Seattle al día siguiente (viernes), decidí revisar el pronóstico del tiempo. Para mi asombro, estaría soleado, pero no solo el viernes, sino también todo el fin de semana. Sonreí ante este feliz descubrimiento e inmediatamente lo compartí con mi familia.
Dos de mis hijos viven en Nueva York. Compartirles algo tan simple como el pronóstico del tiempo aquí en Seattle no es algo que hago comúnmente, pero en este caso, quería presumir pensando que el clima en Nueva York estaba horrible.
Para mi sorpresa, me contestaron que también en Nueva York disfrutaban de días muy bonitos, y pues mi intención de darles un poco de envidia no funcionó tan bien como lo pensaba – pero me dio mucho gusto saber que ellos también disfrutaban de un clima soleado y despejado.
Esta es la época del año en que en la mayoría de las ciudades podemos experimentar climas muy agradables, al inicio de la primavera, cuando el frío comienza a alejarse y el ardor del verano todavía no llega. El inicio de la primavera y el otoño son las temporadas ideales para disfrutar de la naturaleza y del aire fresco.
Hoy es domingo, y aunque mis fines de semana son de tres días, pienso que no son lo suficientemente largos. En este período de mi vida quiero tener más momentos de esparcimiento y ocio. Quiero dedicar más tiempo a escribir, a leer, a caminar, a sentarme y admirar días tan bonitos como este sin hacer nada más. También quiero dedicar más tiempo a pasarla con mi esposa, con mis hijos, a mi fotografía; quiero tener mi propio laboratorio para revelar mis rollos y tomar más fotos de película que digitales – pero todavía no estoy ahí.
En esta época de la vida, cuando se siente que todo se mueve más rápido, he comprendido que las cosas que nos gustan se tienen que hacer con calma, sin prisa, para poder disfrutar realmente cada momento.
También me he dado cuenta de que trabajando menos me he vuelto mucho más “productivo”, y lo escribo entre comillas para hacer notar que, en mi opinión, la idea de la productividad es una trampa. En mi caso, trabajar menos y dedicar más tiempo a actividades de esparcimiento me ha ayudado a tener más claridad en mis ideas, a producir mejores resultados en mi trabajo, y a sentirme más calmado y más contento. Es una ironía pensar que al trabajar menos puedes lograr más, pero así ha sido para mí.
Aquí les comparto algunas fotos de mi caminata en este bonito día, y espero que donde estén, también puedan disfrutar de un día bonito.