Una pausa, un libro, y media hora más cada día

Una pausa, un libro, y media hora más cada día

Gracias a la gran cantidad de tiempo extra que he encontrado en mis mañanas, la cantidad de lectura que me he dado el gusto de disfrutar ha incrementado. Solo el hecho de ir al baño sin mi celular fue suficiente; con esto, agregué más de 30 minutos a mi día para leer más libros y reducir el doomscrolling.

Uno de mis pasatiempos favoritos es caminar y visitar tiendas de libros. Me gusta pasear por sus pasillos, mirar las portadas y hojear los que más me atraen. Ahora no solo voy a ver libros: también compro de vez en cuando, y la verdad es que ya había comprado varios que se habían acumulado en mi librero sin ser leídos. ¡Qué desperdicio!

Pero es que pasear por las tiendas de libros y mirar tantas portadas es algo que disfruto. Y aunque a veces me da un poco de culpa comprar libros y no leerlos por meses, nunca me sentí lo suficientemente culpable como para dejar de hacerlo.

He visitado muchas tiendas de libros, muchas. Incluso, desde hace años ya son parte del itinerario cuando mi esposa y yo visitamos ciudades interesantes alrededor del mundo. Por ejemplo, tuvimos la fortuna de ir a Porto, en Portugal, hace un par de años, y ahí visitamos la tienda de libros más bonita del mundo (según ellos mismos), la Librería Lello.

Esta tienda se volvió muy popular después de que circularan rumores de que, en ese mismo lugar, la escritora de los famosos libros de Harry Potter, J. K. Rowling, escribió algunos de ellos, inspirándose en la decoración del sitio para crear el mundo de fantasía.

La Librería Lello es más pequeña de lo que pensaba, pero la verdad es que sí es muy bonita. De manera similar, hemos visitado otras tiendas de libros en muchas ciudades, y cuando puedo, trato de comprar aunque sea un libro en cada una. La última vez que visitamos Tokio, se me olvidó visitar un distrito de la ciudad llamado Jimbocho, una zona popular entre amantes de los libros y las librerías, donde se encuentran muchas tiendas de libros usados. Aunque lamento no haber ido, ahora tengo un pretexto —al menos para mí— para volver a Tokio pronto.

Pensarías que tengo muchos libros, y depende de a quién le preguntes, puede ser que sí o que no. La última vez que conté, tenía más o menos unos ochenta y tantos. No me parecen muchos. Visitar tiendas de libros y comprar libros se volvió un hábito, y lo malo es que, por mucho tiempo, no me daba el tiempo de leerlos. El celular siempre ganaba a la hora de querer entretenerme con algo, especialmente cuando iba al baño. Creo que es algo que muchos hacen, y probablemente se la pasan muchos minutos doomscrolling, pero no todos lo dicen.

Ese tiempo extra de cada día lo he convertido en tiempo para leer mis libros. Y aunque el baño no es el único lugar ni el único momento en el que leo, hacer esto me ayudó a incrementar el tiempo de lectura y, así, he podido leer entre uno y dos libros por semana.

Yo leo libros de manera lenta. Los que puedo acabar en una semana son cortos, de aproximadamente 150–200 páginas. Los más largos me toman varias semanas. Como disfruto de la lectura, no quiero apurar esta actividad. Lo bueno hay que saborearlo.

Si les gustan las historias simples pero con corazón, les recomiendo los siguientes libros. La mayoría son de autores japoneses (uno es italiano). ¡Sé que les gustarán!

Todas estas versiones están traducidas al inglés, que son las que leí y son fáciles de conseguir. Hay versiones en español, pero la última vez que verifiqué estaban agotadas. Una de las ventajas de saber inglés es que el número de libros escritos por autores extranjeros se expande de manera considerable.

¿Qué están leyendo ustedes? ¿Le dedican el tiempo suficiente a leer?

¡Espero que tengan un bonito fin de semana!