Una taza de café

Una taza de café

Una taza de café negro, sin leche ni crema, así se lo toma todos los días. Está mañana no es diferente.

El buen café, ese con el color café obscuro casi negro, como el de la Coca Cola, con algunas burbujas adornando la superficie en la taza, y ese vapor escapándose poco a poco, eso es lo rico de un buen café – el aroma es lo primero que detectas, y si el aroma no es bueno, no pierdas tu tiempo, y no cubras el mar aroma y sabor con leche o crema. Todas estas cosas se saben antes de dar el primer trago.

José no podía empezar el día sin tomarse una taza de café. La taza de café cada mañana no era solo un gusto, también le ayudaba a predecir el estado del tiempo. No es brujería sino pura ciencia: las burbujas en la taza de café actúan como barómetro y permiten anticipar lluvias. Si las burbujas se van al border de la taza, significa cielos despejados; si las burbujas se quedan en el centro, va a llover; si las burbujas se mueven lentamente a la orilla, puede que llueva o puede que no. La magia esta en la presión atmosférica.

Hay mejores maneras de predecir el estado del tiempo, per el truco de las burbujas en la taza de café es algo que a José le hace sonreír.

Después de comer un desayuno de paquete, y me refiero a que viene empaquetado como si fueran ingredientes para un experimento, no es tan bueno como el café pero contiene todos los nutrientes que José necesita para estar a un nivel óptimo. Después de comer, se dirige a su baño en donde en solo segundos y con la ayuda de un espejo que emite una luz muy brillante, sus dientes y boca están limpios y frescos. En este mismo espejo José  selecciona el color de lo que va a vestir, y después de lo que parece un abrir y cerrar de ojos, José está vestido con el color que selecciono. No es ropa de tela como lo que se acostumbraba, es una especie de tejido digital que se acomoda al cuerpo perfectamente, y tiene una sensación de tela al tocarla. Esta vestimenta esta seleccionada especialmente para el clima en el que José se encuentra, y sin necesidad de otras prendas, esta vestimenta lo mantiene agusto y protegido.

Lo único hecho a mano y con ingredientes naturales en ese apartamento es el café que José toma todas las mañanas. El año es 2100.

Continuará…